EL CEREBRO EJECUTIVO
Autor : Elkhonon GOLDBERG, Neuropsicólogo ruso afincado en USA, que fue alumno del fundador de la Neuropsicología, Luria, al que dedica este libro.
Editorial : Crítica, 2004
265 pág. con ilustraciones
-La prehistoria de la Neurociencia fue la Frenología (Gall fue el primero en observar en la corteza cerebral que cada una de sus partes correspondía a diferentes funciones). Los años 90 fueron la década del cerebro. El siglo XXI es cuando se empieza a ver como se producen mutuamente MENTE/CEREBRO . El error de Descartes fue creer que la Mente tenía vida independiente del cuerpo (dualismo).
-El autor defiende la Tª Gradiental de la corteza cerebral (1986), en lugar de la de Módulos (zonas aisladas). Por ejemplo, una palabra no se almacena en un módulo separado sino que se distribuye según los aspectos que la componen. Las representaciones mentales de cosas inanimadas están más ampliamente distribuidas que las de cosas vivas. El diseño neural es económico y elegante.
-La Neurociencia ha avanzado estudiando las lesiones cerebrales. En los últimos años el avance ha sido muy importante gracias a las técnicas de neuroimagen funcional.
-Nuestra especie es conservadora. Se avanza por conocimiento ya acumulado pero esto puede cambiar a medida que el nuevo conocimiento crece de forma exponencial.
Parece ser que los ZURDOS tienen mayor inclinación hacia lo nuevo. Su estilo cognitivo diferente los hace rebeldes culturales. Hay un alto porcentaje de zurdos en algunos trastornos, pero no hay que olvidar que a lo largo de la historia se han dado casos de que los que tenían ideas creativas y eran adelantados a su época, fueron tomados por locos.
- La variación individual es especialmente importante en los Lóbulos Frontales, en donde se dan las diferencias esenciales de la persona.
- Por fín se está corrigiendo el dualismo heredado de Descartes a medida que se van descubriendo las BASES NEURALES DE LAS ENFERMEDADES que antes se creían del ALMA, observando la implicación en la mayoría de ellas del LÓBULO FRONTAL, cuya maduración total no se produce hasta los 18 años.
- Los traumatismos craneales suelen arrastrar cambios de PERSONALIDAD (pág. 137) porque está determinada por nuestra neurobiología. Las lesiones del lóbulo frontal comportan cambios como : Síndrome Dorsolateral que es similar a una depresión, con falta de impulso y decisión; el síndrome Orbitofrontal, que es similar a una psicopatía con agresividad. Estas lesiones además suelen producir ANOSOGNOSIA (=no se tiene conciencia de enfermedad ni se dan cuenta de que ha cambiado su vida).
Viendo pues que la lesión en los Lóbulos frontales es fundamental porque son responsables de la organización de la persona, de su ética, voluntad, moral y aspectos motivacionales, se plantea el interrogante sobre la RESPONSABILIDAD DE LA PERSONA sobre sus actos. Todo el capítulo 9 está dedicado al tema del libre albedrío.
La esencia del SÍNDROME FRONTAL es que se mantienen habilidades específicas intactas pero desaparece la guía interior. A estos enfermos se les niega la compasión que se da a cualquier otra enfermedad del cuerpo. Se les juzga en términos moralistas, cuando el área que regula la moral está dañada.
Una herida en la cabeza puede ser como una fuente de eterna juventud, porque la persona se hace irresponsable y parece que no madura.
La esperanza del autor con este libro es conseguir corregir la insensibilidad de la gente hacia la MAS DEVASTADORA DE TODAS LAS FORMAS DE DAÑO CEREBRAL : la de los Lóbulos Frontales.
Pero la lesión no tiene que estar necesariamente en los Lóbulos Frontales. Puede estar en cualquier otra estructura cerebral o incluso en las conexiones de unas y otras. En la actualidad la EPIDEMIA SILENCIOSA es la TBI (Traumatic Brain Injury =lesión traumática cerebral) que deja a tantos jóvenes con CAMBIOS DE PERSONALIDAD (desinterés, impulsividad, irritabilidad, etc.) que nadie reconoce como disfunción del lóbulo frontal.
Se espera que en un futuro se conozcan más fármacos COGNOTRÓPICOS (los dirigidos al déficit cognitivo), seguramente basados especialmente en la dopamina.
Hay un capítulo dedicado al TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN, del que dice que se diagnostica demasiado y que se ha convertido en el diagnóstico mágico. Todo un fenómeno social (pág. 182). El diagnóstico descarga de culpa y apoya la creencia de que todo se puede curar con una pastilla (aquí es el Ritalin).
Este trastorno se debe a un mal funcionamiento bioquímico que afecta a las conexiones con los Lóbulos Frontales. Suele ir acompañada de algun déficit ejecutivo. Ser conscientes de que es un déficit bioquímico puede ayudar a quitar culpa al percibirlo como una cuestión médica.
-¿hay tratamiento para las lesiones del lóbulo frontal? El autor dice que hasta ahora se habían centrado en el diagnóstico pero se está avanzando mucho gracias a todo lo que se está investigando en Memoria y demencias y en como funcionan los neurotransmisores.
LURIA fue pionero en trabajar para recuperar las funciones de las personas lesionadas cerebrales. A él se debe la REHABILITACIÓN COGNITIVA, basada en la premisa de la plasticidad cerebral.
Hay evidencias de que el EJERCICIO FÍSICO ayuda a cambiar el propio cerebro. Se ha comprobado hasta que hay regeneración neuronal.
También es algo nuevo el empezar a hacer programas cognitivos de prevención contra las demencias. Hay que hacer programas que abarquen el mayor número de áreas cerebrales.
-Una cuestión que se pregunta el autor es ¿cómo evolucionará el cerebro? Es muy interesante la analogía que hace entre evolución cerebral y evolución social. Dice que el mundo de hoy tiende al resurgir del separatismo étnico que desafía a las naciones-estado modernas (Provenza y Bretaña en Francia; Vascos y Cataluña en España; Valona y Flandes en Bélgica; Irlanda del Norte, Escocia y Gales en Reino Unido, etc.). Las naciones estado están desapareciendo y transitando hacia un nuevo orden geopolítico basado en una red global que comprende unidades microrregionales de organización. Éstas son más antiguas que aquellas. Y una identidad étnica puede mostrarse más fácil de identificarse con una estructura federalista paneuropea.
“La evolución del cerebro nos enseña que un alto grado de complejidad no puede ser manejado por sistemas rigidamente organizados. Requiere responsabilidades distribuidas y autonomía local “ pág. 235.
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