LOS 6 PILARES DE LA AUTOESTIMA
Autor : Nathaniel Branden, doctor en psicología norteamericano.
Editorial: Paidós, 2007
Al comienzo del libro el autor dice de la Autoestima que es la salud de la mente y que enfrentarse a la vida con una baja autoestima es estar en seria desventaja.
Se atribuye a sí mismo los primeros artículos sobre este tema, allá por los años 60, cuando era un término desconocido, todo lo contrario a lo que ocurre ahora, en que se ha puesto de moda y está en boca de todo el mundo.
Haciendo una pequeña revisión histórica, Branden recuerda que cuando él estudiaba psicología en la Universidad de Nueva York, comprendió que tras cualquier queja o problema psicológico de cualquier persona siempre había una sensación de insuficiencia, de falta de valía y de confianza en sí mismo.
Han aparecido diferentes formulaciones de autoestima y no hay consenso actualmente sobre su definición y cómo conseguirla.
Para Branden, la Autoestima es el sistema inmunitario de la consciencia. Es una necesidad humana fundamental y funciona en nuestro interior con o sin nuestro conocimiento.
Su definición preliminar contiene dos aspectos: confianza en nuestra capacidad de pensar y de enfrentarnos a los desafíos de la vida y la confianza en nuestro derecho a ser felices.
Una alta autoestima pronostica una gran felicidad personal y capacidad para respetar a los demás y ser benevolentes. Un claro ejemplo de baja autoestima es considerar a otros como inferiores.
Llama la atención sobre un error común. A veces se confunde la alta autoestima con ser fanfarrón o arrogante. Pero es todo lo contrario, estas actitudes indican una autoestima muy pequeña. La persona con alta autoestima no necesita mostrarse superior a los demás.
Los 6 pilares de la Autoestima :
1.- Vivir conscientemente
2.- Aceptarse a sí mismo
3.- Asumir la responsabilidad de uno mismo
4.- la práctica de la Autoafirmación
5.- Vivir con propósito
6.- La práctica de la integridad personal
1.- Vivir conscientemente supone : una mente activa en lugar de pasiva, salir al encuentro de los problemas y no rehuirlos, afrontar errores y corregirlos, compromiso con el crecimiento personal, moverse por valores pero no aceptarlos acríticamente, etc.
2.- La autoestima es imposible sin aceptarse a sí mismo, es decir, estar de mi parte, saber escuchar mis sentimientos, etc.
3.- Ser responsable de sí mismo supone aceptar que soy responsable de mis elecciones y acciones, de la consecución de mis deseos, de mi felicidad, de aceptar los valores según los cuales vivo, de aumentar la autoestima, etc.
4.- Autoafirmación significa respetar mis deseos, necesidades, valores y buscar su forma de expresión adecuada en la realidad. Significa también tratarme con respeto y saber que mi vida no pertenece a los demás y no vivir de acuerdo a las expectativas de los otros. Muchas personas no se creen con derecho a ser felices.
5.- Vivir con propósito significa lo contrario de vivir a merced del azar. Es formular nuestras metas e identificar las acciones para conseguirlas.
6.- Integridad personal consiste en integración de ideales, convicciones, normas, creencias y que nuestra conducta sea congruente con estos valores declarados. Si llegado un momento, se percibe que el cumplimiento de nuestras normas nos lleva a la autodestrucción, es el momento de poner en cuestión esas normas.
Si en nuestra vida aplicamos estas 6 prácticas, nuestra autoestima se reforzará.
Tras analizar con detenimiento cada uno de estos pilares, el Dr. Brendan se dedica en los siguientes capítulos a reflexionar sobre cómo trabajar la Autoestima en los niños, en la escuela y en el trabajo.
Hay un capítulo dedicado concretamente a cómo concibe el autor la Psicoterapia dirigida a mejorar la autoestima y dice que una de las principales tareas de toda psicoterapia es precisamente conseguir eso. Esto no quiere decir eliminar lo negativo solamente sino conseguir que aparezca y potenciar los aspectos positivos de la persona. Para conseguir esto deberá analizar cada uno de los 6 pilares de la autoestima y trabajarlos con el paciente.
Los objetivos básicos de toda psicoterapia son :
1) aliviar el sufrimiento
2) incrementar el bienestar. Si además de aliviar el sufrimiento, no se consigue una mayor aceptación del sí mismo y de su responsabilidad sobre su vida, habría que cuestionar la experiencia terapéutica.
Aconseja siempre respetar a la persona como ser humano que es. Escuchar con serenidad y empatía es algo imprescindible y hay que tener en cuenta que “el terapeuta no es un animador.
También hay que tener en cuenta que la psicoterapia orientada a la autoestima tiene diferentes prioridades a otras, como el Psicoanálisis. Ésta se concentra en poner al cliente frente a su lado oscuro (la sombra para Jung) para integrarlo. En cambio la terapia orientada a la autoestima se centra en descubrir los aspectos positivos de la persona como prioridad, aunque también aborde los aspectos negativos pero aquéllos tienen prioridad.
Es digno de mención el capítulo titulado: La autoestima y la cultura.
Hay que reconocer la juventud del concepto de autoestima y que ha surgido en Occidente. En la Edad Media, por ejemplo, la actitud mental era tribal, muy lejos del individualismo y se negaba la autoafirmación. No se comprendía el concepto de derechos humanos y cada uno nacía en un lugar y con un papel asignado que debía cumplir.
El concepto de “individuo” como unidad autónoma tiene sus raíces en el Renacimiento del S. XV, consolidándose en el Siglo de las Luces, la Revolución Industrial y el capitalismo. La Autoestima tal y como la consideramos hoy, tiene sus raíces en el culto al individualismo que emergió en el post-Renacimiento, llegando a admirar conceptos como libertad, felicidad y realización personal.
Dice el autor que la autoestima no es un concepto cultural porque no nos sentimos automáticamente merecedores de respeto y de felicidad. Incluso en muchas culturas se denosta estas cualidades (es el caso de la mujer que, en muchas culturas, se la considera inferior y no merecedora de ningun bien). Lo que si es biológico es la necesidad de autoestima, es decir, de adecuarse de los medios para conseguir sobrevivir.
En culturas, como la de Hawai, en la que lo fundamental no es el individuo sino el grupo, es difícil entender el concepto de autoestima porque prima el sistema de relaciones por encima de la autonomía individual.
También en los fundamentalismos religiosos (cristianos, islámicos, judíos o hindús) así como en los sistemas autoritarios la obediencia se impone sobre la autonomía individual. No se puede decir que las religiones hayan sido beneficiosas para la Autoestima. Tampoco lo han sido los estados totalitarios, que también aplastan el individualismo autoafirmativo.
Otras culturas pueden identificar la valía personal con la capacidad de ganar dinero. Autoestima no se identifica ni con éxito material ni con ganar dinero.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos si dio un espaldarazo a la autoestima porque proclamó una doctrina revolucionaria de los derechos individuales y el derecho a la felicidad individual, poniendo a los gobiernos al servicio de los individuos y no al revés. Proclamaba al individuo como un fín en sí mismo y no como propiedad de nadie, ni de la familia ni del estado ni de la iglesia.
Durante algunas páginas diserta sobre el tipo de persona que emerge en una sociedad socialista o capitalista y cómo el nihilismo programático de los años 50 fue pernicioso para la autoestima. Las ideas importan y tienen consecuencias.
Considera que una cultura que valora el intelecto y el conocimiento, fomenta la autoestima. Una cultura que considera a los seres humanos responsables de sus actos fomenta la autoestima. El caso es que las culturas no suelen fomentar que se ponga en cuestión sus propias premisas. La consecuencia de un país militarista será una cultura militarista que valore las virtudes guerreras.
Aquí surge la cuestión de si no es normal que la persona se juzgue a sí mísma por los valores dominantes, transmitidos por su familia, escuelas, etc. ¿No es la seguridad física y mental de estar integrado en un grupo una forma de autoestima? La respuesta del Dr. Branden es que no, que es un error identificar autoestima con seguridad o comodidad. La verdadera autoestima es cómo nos sentimos con nosotros mismos cuando las cosas no van bien, cuando nadie nos orienta ni nos aplaude.
Conclusión : el séptimo pilar de la Autoestima
Es el amor a nuestra vida. Este amor será el que nos infunda energía para afrontar todas las dificultades que nos presente la vida; y para eso necesitamos voluntad y perseverancia.
Los principales peligros que pueden alejarnos de esta meta son : la pereza y el miedo al malestar. Vencer estos dos impulsos requiere un esfuerzo. Es un trabajo pero que bien vale la pena.
Apéndice A : este final del libro presenta otras definiciones de autoestima, que no comparte el autor.
Apéndice B : es un ejercicio que consiste en completar frases para fomentar la autoestima.
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MSS , noviembre 07
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