LA FUERZA DEL OPTIMISMO
Autor : Luis Rojas Marcos, Médico psiquiatra
Editorial : RBA, 2007
237 pág. sin ilustraciones
El libro es una apuesta del autor para poner sobre la mesa las múltiples ventajas que reporta el optimismo por su efecto reparador de la salud además de procurar, para la persona que posee este talante, una vida más plena y feliz.
Comienza haciendo un breve repaso por el pensamiento relacionado con este tema, remontándose a los años del nacimiento de la psicología como disciplina científica (en 1879) en el laboratorio de Wundt, publicándose el primer manual con ese nombre en 1890 por William James.
Hace mención al pesimismo que acompañaba el pensamiento de Freud, para el que las personas están destinadas a frustrarse y sufrir y sigue presentando una breve revisión de libros y artículos donde el optimismo brilla por su ausencia. No fue hasta el año 2000 cuando varias facultades de Psicología, alentadas por Martín Seligman, empezaron a interesarse por la Psicología Positiva y a investigar aspectos como : confianza, seguridad, placer, ilusión. Así cambiaba la dirección del estudio, pasando del estudio de la enfermedad a la salud y a su promoción.
Tras este acercamiento a los primeros pasos de la vida de este término, nos introduce en su historia y comienza a darnos informaciones muy interesantes sobre el efecto terapéutico de la esperanza y hace una afirmación rotunda : hasta hace muy poco (téngase en cuenta que la penicilina no fue descubierta hasta 1928 por Fleming y tardó en salir al mercado una docena de años más), la eficacia de la medicina estuvo basada en el efecto placebo. “Está demostrado que entre el 25 y el 50 % de los enfermos más comunes, mejoran o incluso se curan después de ingerir sustancias que no afectan a su enfermedad ... en el terreno de las enfermedades se ha evidenciado espectacularmente el poder de la fe” (pág. 33). Es decir, que la creencia en que algo nos va a curar, la esperanza en que eso se va a producir, es una forma de optimismo que puede mejorar la salud. Más adelante explica las bases biológicas para que esto ocurra.
Y por ser tan beneficioso para la supervivencia de la especie es por lo que el Dr. Rojas considera que el optimismo se encuentra en nuestros genes y ha sido un elemento fundamental en la evolución humana.
Al hilo de esta conclusión, presenta las importantes investigaciones de Martín Seligman, quien describió lo que conocemos como Indefensión Aprendida, que es la actitud que se adopta cuando se cree que uno no puede influir en la situación ni cambiar las cosas, con lo que la pasividad es la resultante más corriente.
Quien se siente indefenso no tiene esperanza, que es un rasgo saludable del carácter y que puede ayudar a que un enfermo lleve mejor su enfermedad e incluso puede ayudar a la curación. Por eso dice el Dr. Rojas que si un médico no puede curar al menos debe consolar y sostener el espíritu de esperanza que este paciente pueda tener porque no se debe soslayar el poder terapéutico que tiene.
En el capítulo 4 se presentan los ingredientes de la disposición optimista:
-Memoria autobiográfica selectiva : el talante optimista evoca preferentemente los buenos recuerdos y olvida lo que le ha hecho sufrir. Esto último, además, ayuda a perdonar. En resumen, miran con benevolencia el ayer, lo aceptan sin resentimiento y no se culpabilizan por lo que pudieran haber hecho mal.
-Estilo de explicación : el talante optimista piensa que la adversidad es pasajera y que no ocurre por su culpa; en cambio, cuando algo le sale bien, piensa que será duradero y que ocurre porque se lo merece. Por otra parte, si se compara con otros, lo hace con quienes están peor, siendo la consecuencia que acepta mejor su condición. El estilo optimista busca generalmente el lado positivo de las situaciones y está convencido de que controla su vida.
-Expectativas : el optimista espera que le vayan bien las cosas, con lo que se predispone y lucha por ello. El pesimista, como piensa que le va a ir mal, ni lo intenta. Por lógica, será el optimista el que más probabilidades tenga de conseguir lo que desea.
Es importante el concepto de Esperanza, tanto en su categoría general (ideología o forma de ver el mundo) y específica (objetivos concretos). Los optimistas tienen esperanza en el futuro de la humanidad.
Así pues vemos que el optimismo no es un simple rasgo temperamental sino que incluye elementos de personalidad y estilo cognitivo con una forma específica de interpretación de la propia biografía y visión del mundo.
-Equipaje genético : El temperamento es bastante estable a partir de los 15 años aproximadamente. Portamos genes (compuestos de ADN) en los núcleos de las células y guardados en 46 cromosomas.
Se sabe que el ADN influye en el desarrollo del cerebro y por tanto en nuestras facultades mentales y en nuestra personalidad. Pero El Genoma humano se descifró en el año 2000 y hay todavía pocos estudios respecto a esto. En particular, sobre optimismo/pesimismo y genética sólo hay 3 estudios publicados en los últimos 15 años.
Una de las conclusiones de estos estudios es que hay mayor peso genético en el pesimismo que en el optimismo, por lo cual, es más eficaz invertir en estrategias para aumentar nuestra visión optimista porque se puede adquirir este talante ya que el aprendizaje es una potente capacidad humana.
La cultura en la que nos desenvolvemos también imprime la forma de ver el mundo. Sostiene el autor que las sociedades democráticas son más optimistas. En concreto, las sociedades que potencian el individualismo. Las compara con sociedades en las que es lo colectivo lo que prima, los sujetos se consideran responsables del bienestar general y no dan tanta importancia a la felicidad individual. Dos ejemplos de ambos tipos de cultura son los Estados Unidos y Japón respectivamente.
Menciona la importancia que ha tenido en la cultura norteamericana un personaje de ficción, Poliana, que siempre jugaba con su padre al juego de “Vamos a estar contentos”, que consistía en sacar la cada cosa los aspectos positivos.
En el capítulo 6, se desgrana los venenos del pesimismo, que son los siguientes:
-Indefensión crónica: ocurre cuando el individuo se siente impotente como en los casos de sufrir catástrofes naturales, dolores desgarradores, ser víctimas de violencia humana, malos tratos durante tiempo, etc. En estos casos y cuando hay un temor excesivo y prolongado, se altera el sistema hipotalámico-hipofisario-adrenal con repercusión en la segregación de serotonina y dopamina, que modulan el ánimo.
El antídoto natural a la indefensión se genera con la seguridad, confianza y esperanza que se generan sobre todo durante los primeros 10 años de vida, si se atienden con afecto las necesidades de los niños.
-Pesimismo maligno : es un veneno muy grave y se refiere concretamente a la Depresión. Afortunadamente, dice el autor, en los últimos años se ha empezado a considerar una enfermedad más y estas personas acuden al médico para obtener tratamiento.
Además, la depresión por sí misma contribuye a la aparición de enfermedades cardíacas y a producir cambios en el sistema nervioso autónomo.
Los consejos que da el Dr. Rojas son :
-Cultivar estados de ánimo positivos : para lo que podemos elegir recuerdos de nuestra vida agradables y evitar los desagradables.
-Buscar y mantener apoyo social : buscar amigos, pareja, asociaciones....todo lo que nos permita hablar es bueno porque libera de las preocupaciones y es gratificante en sí mismo.
-Procurarnos actividades agradables, de las que en nuestra sociedad tenemos un amplio abanico para elegir (música, excursiones, comidas, deportes, etc.). En particular mantener un buen nivel de actividad física es muy aconsejable porque libera endorfinas.
-Participar en actividades sociales buscando el bienestar de los otros. Lo que el autor llama “voluntariar”. Favorecer el bien común beneficia a todos.
-Moldear nuestra forma de pensar. Hay ideas irracionales que tenemos implantadas en nuestro cerebro, que guían nuestros pensamientos y que son falsas, como por ejemplo “los seres humanos son malos por naturaleza”, “piensa mal y acertarás” “la humanidad va a peor” “la humanidad es irremediablemente desdichada”, son pensamientos generales que no tienen ninguna base científica y en cambio se asumen como si fueran grandes verdades. Hay que desecharlas y decidir cuales son las ideas que rigen nuestra vida porque para eso disponemos los seres humanos de capacidad de aprender y podemos aumentar nuestra capacidad natural al optimismo.
El optimismo es una profecía que se cumple por sí misma. Es una actitud que da ventaja siempre en cualquiera de los aspectos de nuestra vida en que se aplique. Esto es porque el optimista no se hunde ante una dificultad porque tiene esperanza en superarla y porque es flexible y capaz de perdonar. Esperanza y perdón son dos ingredientes importantes del optimismo.
-Tener sentido del humor porque actúa de purgante al descargar la tensión emocional. Si además provoca el reflejo fascinante de la risa, entonces ayuda físicamente porque nos oxigenamos.
SALUD
Es muy importante el papel que juega el temperamento sobre la salud de las personas. Ya se dejó de creer en la premisa de que mente y cuerpo son entidades separadas. Hoy se sabe que la mente mantiene una conexión continua con el cuerpo a través del sistema nervioso y el endocrino.
Se sabe, por ejemplo, que la risa o el llanto, aunque sean provocados artificialmente, terminan por producir en el cuerpo los sentimientos genuinos. James demostró que, ante una situación de miedo, silbar una melodía alegre, devolvía la confianza al individuo.
Se sabe también que emociones negativas (ansiedad, depresión, miedos, hostilidad, etc.) y situaciones de estrés, provocan desequilibrios en el sistema inmunológico, en el sistema cardiovascular, aparato digestivo y provocan multitud de enfermedades.
Se sabe también que la esperanza ayuda a la curación, pero no se sabe cuales son los mecanismos fisiológicos exactos que lo provocan. En un estudio realizado en el Instituto Karolinska de Estocolmo se demostró que “la esperanza de conseguir alivio del dolor como respuesta a un placebo produce cambios físicos cerebrales que son incluso visibles a través de resonancia magnética” (pág. 172).
Y termina este libro el Dr. Rojas diciendo que para él la vacuna más potente para proteger a las personas contra las infecciones y otras enfermedades es la fuerza del optimismo.-------------------------------------------------------------------- M.S.S.
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