ENDORFINAS
Autor : Jack Lawson
Editorial Obelisco, 2005
110 pág. sin ilustraciones
Es un libro de divulgación científica, escrito con mucha claridad y sencillez para que el público en general conozca la maravilla que es esta sustancia interna conocida como la droga de la felicidad.
Resumen por capítulos.
Prólogo
Estas morfinas endógenas son un grupo de péptidos con propiedades farmacológicas semejantes a la morfina y que transmiten su información en la sinapsis de las células, dependiendo de ellas que nos sintamos bien o mal e incluso que seamos creativos.
Hay estudios que muestran que las migrañas corresponden a una disminución de endorfinas. Por eso muchas personas, cuando tienen un disgusto, pueden presentar dolor de cabeza.
Es también interesante saber que aquí puede encontrarse la explicación a ciertas formas de curar propias de curanderos y por simple imposición de manos. Se trata de que las endorfinas son agentes bioeléctricos transmisores de la energía vital y actúan despolarizando parcialmente las membranas celulares, lo que puede bloquear el dolor y provocar sensación de alivio y bienestar. Ahí también está la clave de que las caricias de las madres calmen a sus hijos cuando se hacen daño.
Endorfinas y Encefalinas
Las endorfinas fueron descubiertas en 1975 por John Hughes y colaboradores de la Unit for Research on Addictive Drugs de Aberdeen.
Las Endorfinas y la curación
Es en realidad nuestro cuerpo el que nos cura al sintetizar las sustancias necesarias pero, en muchas ocasiones, un agente externo ayuda a que lo haga, tanto da que sea un medicamento alopático como homeopático o una planta medicinal.
Lo ideal sería mantener el sistema defensivo del cuerpo en estado òptimo. Y ya en las primeras investigaciones sobre las endorfinas, se encontró que existía una íntima relación entre ellas y el sistema inmunitario. “La inmunidad general, o sea, el conjunto de las defensas del organismo, se beneficia del flujo correcto de endorfinas” (pág. 28). Cuando nuestras defensas no están bien, se desarrollan las enfermedades que potencialmente ya estaban en nosotros. Se sabe que todos tenemos un elevado número de células potencialmente cancerígenas que si no se desarrollan es porque nuestro sistema inmunológico las tiene bajo control.
El efecto placebo y las endorfinas
Placebo significa en latín complacer y los antiguos griegos ya conocían este efecto en las personas. La medicina de hoy día reconoce también su protagonismo en muchas curaciones de enfermedades porque no es un efecto psicológico sin más sino real y comprobado.
Esto quedó demostrado en un artículo que publicó Dr. J. Levine en la prestigiosa revista The Lancet, con el título “El mecanismo de la analgesia por placebo”, donde demostraba que el efecto placebo era real porque el cerebro de los pacientes segregaba una sustancia semejante a la morfina que aliviaba físicamente el dolor. Por eso es tan importante que el enfermo tenga confianza en la medicación, porque cuando cree que se va a curar es más fácil que así sea.
En Francia existe un movimiento en el que participan miles de personas que se dedican a curar a través de la fe y lo que en estas curaciones muchas veces ocurre es que el cerebro segrega más endorfinas de lo habitual y el organismo entero reacciona.
Este mismo mecanismo es el que subyace a la beatitud mística con que muchos mártires morían sin mostrar sufrimiento ante el dolor que les infligían sus verdugos. Está demostrado que, de la misma manera que la ansiedad aumenta el sufrimiento, la emoción contraria, como es la beatitud, potencia una mayor segregación de endorfinas, con lo que el sufrimiento disminuye.
Las endorfinas y el estrés
El estrés aumenta la incidencia de enfermedades. Está demostrado que en épocas de crisis económicas, por ejemplo, siempre aumenta el número de enfermedades psicosomáticas y disminuyen las ganas de vivir y luchar.
Normalmente se recetan calmantes o estimulantes para contrarrestar estos efectos, pero los efectos secundarios pueden causar aún más estrés. El autor propone como única manera de combatir el estrés : aumentar la segregación de endorfinas.
El estrés positivo
El Dr. Selye, en su obra Estrés sin distres, distingue dos tipos de estrés, el positivo y el negativo. Este último es el responsable de todo tipo de enfermedades. En cambio, el estrés positivo es el resultado de que haya un mayor número de endorfinas y por tanto, el estrés resulte ser estimulante.
El estrés negativo sucede cuando las endorfinas no pueden hacerse con la situación y la persona se siente sobrecargada.
Por este motivo, cuando se aconseja ejercicio para sentirse mejor, nunca hay que forzar al cuerpo porque eso nos impediría producir las endorfinas adecuadas para sentirnos bien.
Cómo combatir el estrés
Para combatir el estrés sólo hay un método: equilibrar el flujo de endorfinas en nuestro organismo. Para conseguir esto hay multitud de formas.
Es aconsejable dejar de fumar, tener una alimentación equilibrada y hacer ejercicio. Algo que está al alcance de cualquiera es caminar durante 20 minutos cada día.
Además de todo esto, practicar alguna técnica de Relajación es muy aconsejable y uno de los mejores instrumentos que existen para combatir el estrés.
Las endorfinas y las drogas
Las endorfinas son una auténtica fuente de felicidad. Algunas drogas no son sino sucedáneos de las endorfinas pero, paradójicamente, lo que provocan es la inhibición de su producción.
Esto ocurre por ejemplo con la heroína. Sólo las primeras dosis procuran al sujeto que las toma una sensación de relajación y felicidad. Pero al poco tiempo lo que sucede es que, aparte de la terrible intoxicación que provoca en el cuerpo, éste disminuye su capacidad de segregar endorfinas. La fatal consecuencia es que el heroinómino al final se droga sólo para evitar los dolores que siente al no segregar endorfinas.
Igual de peligroso es el alcohol, que al principio genera una sensación de calma pero, con el tiempo, debilitará el organismo y en especial el hígado además de crear una dependencia muy peligrosa .
En cuanto al tabaco, ocurre algo similar. La nicotina en sangre se asocia con una elevación de los niveles de endorfinas. Al final, necesitamos fumar para poder funcionar con normalidad y nos encontramos ante la misma trampa del heroinómano.
Para poder dejar de fumar habría que ayudar al organismo haciendo algo que permitiera un mayor flujo de endorfinas (ejercicio, acupuntura, masaje, etc.).
Las endorfinas y la risa
Reír y tomarse las cosas con buen humor ayuda a vivir una vida más plena. La risa ayuda a desbloquearnos psicológicamente y se mejora más rápidamente de las enfermedades. Es antidepresiva y ayuda a mantener la salud.
Hay una estrecha relación entre risa y endorfinas. Una simple sonrisa emite una información al cerebro que le hace segregar endorfinas. Es un mecanismo similar al que ocurre cuando segregamos jugo gástrico con sólo oler un plato que nos gusta.
Hay una potente técnica de meditación budista que consiste en caminar sonriendo. Otras cosas que podemos hacer: contar cosas graciosas, ver una película de risa, leer un buen libro de humor, etc. Todo esto es muy eficaz y SIN EFECTOS SECUNDARIOS.
Como el bostezo, la carcajada es muy curativa. Aconseja el autor, al igual que lo hacen muchos sabios a lo largo de la historia: Ría, ría a carcajadas. Sí, a pesar de conocer tantos males y desgracias como ocurren en este mundo.
Para sobrellevar esto, hay que pensar que nada es eterno. Hay que intentar ver las dos caras de la misma moneda “sepa ver la verdad en la mentira, el bien en el mal, la oportunidad en cualquier dificultad. Todo lo que a primera vista parece negativo, tiene su lado positivo. No caiga en la trampa de juzgar prematuramente” (pág. 71).
La negatividad y las endorfinas
Ha quedado claro que una actitud positiva ante la vida ayuda a segregar endorfinas. También ocurre lo contrario: una actitud negativa bloquea nuestro sistema de secreción de endorfinas.
La depresión perjudica de manera importante la salud porque inhibe la fabricación de endorfinas. Y hay que tener en cuenta la actitud que tengamos ante la vida será un condicionante y aquellos que todo lo ven negro, tendrán una vida “oscura y tenebrosa” dice el autor.
Sobre la depresión en concreto, sostiene que la causa se encuentra en un estancamiento bioquímico en nuestro organismo. En último extremo, se trata de un desequilibrio en la producción de endorfinas por parte de nuestro cerebro.
La droga de la felicidad
La norma general es que todos los seres humanos buscan la felicidad. Y sabemos que las endorfinas nos la proporcionan. Ahora viene la cuestión de qué es primero, las endorfinas que producen sensación de placer o es la sensación de placer la que produce las endorfinas. La propuesta del autor es que se trata de un complejo feed-back: las endorfinas producen placer y aquello que nos produce placer estimula la fabricación de endorfinas.
Se sabe que imágenes agradables estimulan la segregación de endorfinas, mientras que las imágenes desagradables la inhiben. Y esto ocurre no sólo con lo que imaginamos, sino con lo que pensamos, lo que olemos, etc. Todo esto es transformado por nuestro cerebro en mensajes bioeléctricos que, a su vez, se encargan de estimular o inhibir la segregación de endorfinas. El recuerdo también tiene un papel protagonista en este proceso.
Quedan así pues presentados múltiples modos de aumentar la secreción de este bien tan valioso, las endorfinas.
Los recuerdos agradables son potentes “creadores de endorfinas, como ya se ha dicho en el anterior capítulo. Este es el motivo de que una de las técnicas curativas más potentes sea la Visualización creativa, que nos permite recordar momentos placenteros y que proveerá a nuestro organismo de la misma cantidad de endorfinas que segregamos cuando estábamos viviendo ese momento en la realidad.
Se pueden segregar endorfinas de dos formas fundamentalmente: relajándonos o forzando el organismo.
Desmenuzando cada uno de ellas, nos encontramos con que la primera, la relajación, permite que todas las células y órganos de nuestro cuerpo se autorregulen y se efectúe algo parecido a una reparación. El mismo resultado se obtiene con técnicas como la meditación, el yoga, tai-chi, etntre otras técnicas.
En este especial estado, las potencialidades de la persona aumentan y un resultado es una especie de inteligencia no racional que sabe mejor que nosotros mismos qué es lo que necesitamos. En estos momentos es muy recomendable recurrir a bellos recuerdos o a visualizaciones energizantes, pero nunca hay que forzar.
El segundo mecanismo para segregar mayor cantidad de endorfinas está en “forzar” el organismo porque puede estar necesitado de que lo sacudamos. Aquí podríamos hablar de varios tipos de deporte. No obstante, el autor manifiesta su predilección por el primer sistema, el de no forzar y conseguir la fabricación de endorfinas por métodos suaves, como el de los recuerdos y las bellas imágenes. Una recomendación en este sentido es la de escribir en una libreta recuerdos, cosas o actividades que nos resultan gratificantes, en fín anotar todo aquello que nos hace felices para tenerlo a mano en el momento que lo necesitemos y que no recordemos quizás (yo propinía la Libreta ÍNDICE en el texto MEJORA TU SALUD fortaleciendo tu Sistema Inmunológico)
También es un buen recurso la música o escuchar algo bello como los cantos de los pájaros, las olas del mar, una fuente, etc. Cantar es otra forma de segregar endorfinas. Mantener una buena alimentación y dormir las horas necesarias. Leer un buen libro y utilizar la IMAGINACIÓN, que es una fuerza poderosa gracias a su conexión con la bioquímica cerebral. Todo esto nos ayudará a segregar endorfinas.
El secreto está en nosotros
Nuestro cuerpo sabe como hacernos felices: sintetizando endorfinas y distribuyéndolas por todo nuestro organismo. En resumen, nuestro potencial para ser felices se halla dentro de nosotros mismos.
Pero aquí hace una advertencia el autor: es fácil confundir la felicidad con simples autosatisfacciones, como puede ser el consumo. Ser feliz es algo más profundo y una cuestión de calidad y no de cantidad.
Dice el autor que para ser feliz hay que ser hábil para conseguir que los acontecimientos externos nos encuentren optimistas y equilibrados para que nuestro flujo de endorfinas sea constante.
El optimismo es la mejor coraza contra los ataques exteriores que provocan infelicidad y ser optimista significa ser capaz de ver el lado positivo de cada situación y saber aprovechar las oportunidades que nos brinda la vida....porque “la vida es algo demasiado bello y precioso para ser desaprovechado.....¡drógate con la vida! ¡drógate con tus propias endorfinas!” . Y con esta eufórica frase termina el autor este libro.
MSS, nov 07
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