INCOGNITO.
Las vidas secretas del cerebro
David EAGLEMAN
Fragmentos extraídos de este magnífico
ensayo sobre los misterios del funcionamiento del cerebro, y que ahonda en las
consecuencias éticas derivadas del cuestionamiento del libre albedrío y las repercusiones
sociales de los actuales descubrimientos de la Neurociencia.
-Su
cerebro está compuesto por células llamadas neuronas y glías: cientos de miles
de millones. Cada una de estas células es tan complicada como una ciudad. Y
cada una de ellas contiene todo el genoma humano y hace circular miles de
millones de moléculas.
-Una
neurona típica lleva a cabo unas diez mil conexiones con sus neuronas
adyacentes. Teniendo en cuenta que disponemos de miles de millones de neuronas,
eso significa que hay tantas conexiones en un solo centímetro cúbico de tejido
cerebral como estrellas en la galaxia de la Vía Láctea
-Somos el
único sistema del planeta tan complejo que ha emprendido la tarea de descifrar
su propio lenguaje de programación. Imagínese que su ordenador de mesa
comenzara a controlar sus propios dispositivos periféricos, se quitara la tapa
y dirigiera su webcam hacia su propio sistema de circuitos. Eso somos nosotros
-¿Qué es exactamente un pensamiento? No parece
tener peso. También parece efímero e inefable. Nadie diría que un pensamiento
tiene forma, olor, ni ningún tipo de representación física. Los pensamientos
parecen ser un ejemplo de pura magia....Pero, al igual que las voces, los
pensamientos se sustentan en un elemento físico. Lo sabemos porque las
alteraciones del cerebro cambian los pensamientos que tenemos.
-Y la
materia física es totalmente necesaria para que el pensamiento normal no se
detenga. Lesionarse el dedo meñique en un accidente es algo que fastidia, pero
su experiencia consciente no será distinta. En cambio, si se daña un trozo de
tejido cerebral de tamaño equivalente, puede que cambie su capacidad para
comprender la música, identificar a los animales, ver los colores, evaluar el
peligro, tomar decisiones, leer las señales de su cuerpo, o comprender el
concepto de espejo, desvelando así el funcionamiento extraño y oculto de la
maquinaria que hay debajo. Nuestras esperanzas, sueños, aspiraciones, miedos,
instintos cómicos, grandes ideas, fetiches, el sentido del humor, los deseos,
emergen de este extraño órgano, y cuando el cerebro cambia, nosotros también.
De modo que aunque resulta fácil intuir que los pensamientos no tienen una base
física, que son algo parecido a las plumas al viento, de hecho dependen
directamente de la integridad de ese enigmático centro de control de un kilo
doscientos gramos de peso.
-El tú
consciente –ese yo que poco a poco vuelve a la vida cuando se despierta
por la mañana– es el fragmento más pequeño de lo que ocurre en tu cerebro.
Aunque dependemos del funcionamiento del cerebro para nuestras vidas
interiores, él actúa por su cuenta. Casi todas sus operaciones quedan fuera de
la acreditación de seguridad de la mente consciente.
-Los
cerebros se dedican a reunir información y a guiar nuestro comportamiento de
manera adecuada. Tanto da que la conciencia participe o no en la toma de
decisiones. Y casi nunca participa
-Cuando
una idea sale a escena, su circuito nervioso lleva horas, días o años
trabajando en ella, consolidando información y probando nuevas combinaciones.
Pero usted se la atribuye sin pararse a pensar en la inmensa maquinaria oculta
que hay entre bastidores
-El
cerebro dirige sus operaciones de incógnito
-Casi nada
de lo que ocurre en nuestra vida mental está bajo nuestro control consciente, y
la verdad es que es mejor que sea así.
-Puede que
le sorprenda averiguar que un tercio del cerebro humano se dedica a la visión.
El cerebro tiene que llevar a cabo un ingente trabajo para interpretar sin la
menor ambigüedad los miles de millones de fotones que inundan los ojos….. toda
visión es una ilusión.
-Los
neurocientíficos no fueron los primeros en descubrir que dirigir los ojos hacia
algo no garantiza que lo veamos. Los magos lo descubrieron hace mucho tiempo, y
perfeccionaron la manera de sacarle provecho
-Como la
visión parece requerir tan poco esfuerzo, somos como peces a los que se les
desafía a comprender el agua: como el pez nunca ha experimentado otra cosa, le
resulta casi imposible ver o concebir el agua…… el cerebro tiene que aprender
a ver.
-No sólo
la visión y el oído son construcciones del cerebro. La percepción del tiempo
también es una construcción.
-La gente
no siempre dice lo que piensa, en parte porque la gente no siempre sabe
lo que piensa. E. M. Forster lo expresó con humor: «¿Cómo voy a saber lo que
pienso hasta que no me oigo decirlo?»
-efecto de
la ilusión de verdad: es más
probable que crea que una afirmación es cierta si ya lo ha oído antes, sea o no
cierta.
-La información
se comunicaba en forma de «presentimiento»….el conocimiento
consciente de la situación no era necesario para tomar decisiones ventajosas.
….Y, mejor aún, resultó que la gente necesitaba esa corazonada: sin ella
sus decisiones nunca serían muy buenas.
-En 1670,
Blaise Pascal observó con sobrecogimiento que «el hombre es por igual incapaz
de ver la nada de la que surge y el infinito que lo engulle.
-La
sinestesia, en sus múltiples variedades, pone de relieve las asombrosas
diferencias entre los individuos a la hora de ver el mundo de manera objetiva,
y nos recuerda que cada cerebro determina de manera única lo que percibe, o es
capaz de percibir. Este hecho nos devuelve al punto principal de este apartado,
a saber, que la realidad es mucho más subjetiva de lo que se cree normalmente.
El cerebro no registra la realidad de una manera pasiva, sino que la construye
de manera activa.
-«Ceguera
al instinto»: no somos capaces de ver los instintos que son los mismísimos
motores de nuestro comportamiento. Estos programas nos resultan inaccesibles no
porque no sean importantes, sino porque son fundamentales. La
intromisión de la conciencia no los mejoraría
-Nuestros
instintos más arraigados han quedado generalmente fuera del foco de la
investigación.. Pero los actos más automáticos y menos esforzados –los que
requieren un circuito nervioso más especializado y complejo– han estado siempre
delante de nosotros: la atracción sexual, el miedo a la oscuridad, la empatía,
la discusión, los celos, la búsqueda de la belleza, el encontrar soluciones, el
evitar el incesto, el reconocimiento de las expresiones faciales. Las vastas
redes de neuronas que hay debajo de estos actos están tan afinadas que no nos
damos cuenta de cómo operan normalmente.
-Cuanto
más obvia y natural parece una cosa, más tenemos que sospechar que nos parece
así sólo porque se sustenta sobre un inmenso circuito.
-Mi
cerebro está haciendo las cosas bien para sobrevivir, ¡y ni siquiera tengo que
pensar en ello!» Cierto, es una gran noticia. La parte inesperada es que su yo
consciente es el personaje más secundario del cerebro. Es una especie de joven
monarca que hereda el trono y se atribuye la gloria del país... sin fijarse
jamás en los millones de trabajadores que hacen que la nación funcione.
-El
cerebro contiene dos sistemas separados: uno es rápido, automático y está
debajo de la superficie de la conciencia, mientras que el otro es lento,
cognitivo y consciente. El primer sistema se puede calificar de automático,
implícito, heurístico, intuitivo, holístico, reactivo e impulsivo, y el segundo
de cognitivo, sistemático, explícito, analítico, reglamentista y reflexivo.
Estos dos procesos siempre luchan entre sí.
-La
conciencia existe para controlar los sistemas ajenos automatizados, y para
distribuir el control sobre ellos. Un sistema de subrutinas automatizadas que
alcanza cierto nivel de complejidad (lo que desde luego se puede aplicar al
cerebro humano) exige un mecanismo de alto nivel que permita que las partes se
comuniquen, administre los recursos y asigne el control.
-¿Tienen
conciencia los otros animales? En la actualidad la ciencia es incapaz de
responder a esta pregunta de una manera experimental,….pero la conciencia
probablemente no es una cuestión de todo o nada, sino que aparece gradualmente.
-Lo más
importante que sabemos de los secretos es que mantenerlos no es saludable para
el cerebro. cuando los sujetos confesaban o escribían acerca de sus secretos
más profundos, su salud mejoraba.
-Como sin
duda habrá observado, airear un secreto generalmente se hace porque sí, no para
que te den un consejo. Si el que escucha atisba una solución evidente a algún
problema relacionado con el secreto y comete el error de sugerirlo, eso frustra
al que lo cuenta, pues en realidad lo único que quería era contarlo. El acto de
revelar un secreto puede ser en sí mismo la solución.
-¿Hasta
qué punto hay que atribuirle alguna responsabilidad a alguien que padece una
lesión en el cerebro que no le deja ninguna otra elección? Después de todo, no
somos independientes de la biología.
-En la interrelación
entre neurociencia y derecho, los casos en los que hay daño cerebral aparecen
cada vez más a menudo. A medida que desarrollamos mejores tecnologías para
estudiar el cerebro, detectamos más problemas.
-Los
pacientes con demencia frontotemporal suelen acabar en los tribunales, donde
sus médicos, abogados y avergonzados hijos adultos deben explicarle al juez que
el quebrantamiento de la ley no fue exactamente culpa del infractor:
gran parte de su cerebro había degenerado, y en la actualidad no hay medicación
para detenerlo.
-Debido al
papel de la dopamina a la hora de sopesar los costes y beneficios de las
decisiones, un desequilibrio en su nivel puede accionar la ludopatía, el comer
con exceso y la drogadicción: comportamientos que se originan cuando el sistema
de recompensa no funciona bien.
-Quiénes
podemos ser comienza
con nuestros programas moleculares –una serie de códigos ajenos escritos en
cadenas de ácidos invisiblemente pequeñas– mucho antes de que tengamos nada que
ver con ello. Somos el producto de una historia microscópica e inaccesible.
LA CUESTIÓN DEL LIBRE ALBEDRÍO
-Ni
siquiera nos molestamos en cuestionarnos la culpa cuando se trata de un
elefante de circo que de repente pierde la cabeza. Por el contrario, cuando se
trata de seres humanos, el sistema legal se basa en el supuesto de que todos
poseemos libre albedrío, y se los juzga en base a esa libertad percibida.
-Desde un punto de vista evolutivo, los cerebros de
los mamíferos se diferencian tan sólo en mínimos detalles. Así pues, ¿en qué
parte del circuito de los humanos hemos de suponer que se cuela esta libertad
de elección?
-La
existencia del libre albedrío en el comportamiento humano es el tema de un
antiguo y acalorado debate. Aquellos que apoyan el libre albedrío suelen basar
su argumento en la experiencia subjetiva directa (considero que he
tomado la decisión de levantar el dedo justo ahora), lo cual, como acabamos de
ver, puede ser engañoso. Aunque nuestras decisiones podrían parecer fruto de
nuestra libre elección, no existe prueba alguna de que lo sean.
-La falta
de decisiones libres no se restringe al síndrome de Tourette. También lo vemos
en los trastornos llamados psicogénicos, en los que el movimiento de las manos,
los brazos, las piernas y la cara son involuntarios, aun cuando desde luego parezcan
voluntarios.
-A pesar de nuestras esperanzas e intuiciones
acerca del libre albedrío, en la actualidad no hay ningún argumento que
demuestre su existencia de manera convincente.
-Mientras
que los trastornos psiquiátricos suelen ser el producto de formas más sutiles
de patología cerebral, en última instancia se basan en los detalles biológicos
del cerebro….. un cambio de terminología, calificando ahora los trastornos
mentales como trastornos orgánicos, indica que los problemas mentales tienen una
base física (orgánica) más que una base puramente «psíquica».
-Un sistema legal no puede definir la culpabilidad
simplemente por las limitaciones de la tecnología actual. Un sistema legal que
declara a una persona culpable al principio de una década y no culpable al
final de la misma no tiene muy claro qué significa exactamente la culpabilidad.
-El meollo del problema es que
ya no tiene sentido preguntar: «¿Hasta qué punto fue la biología y hasta
qué punto fue él?» La cuestión ya no tiene sentido porque ahora
comprendemos que es lo mismo. No hay una distinción significativa entre su
biología y su toma de decisiones. Son inseparables.
-Lo
esencial del argumento es que los delincuentes siempre deberían ser tratados como
personas incapaces de haber actuado de otro modo. La actividad delictiva en sí
misma debería considerarse prueba de anormalidad cerebral, sin importar si en
la actualidad se puede medir o no.
UN SISTEMA
LEGAL COMPATIBLE CON EL CEREBRO Y QUE MIRE HACIA EL FUTURO
-Un
sistema legal que mire hacia delante tiene que utilizar los conocimientos
biológicos para lograr una rehabilitación personalizada, considerando el
comportamiento delictivo igual que abordamos otros problemas médicos como la
epilepsia, la esquizofrenia y la depresión, problemas para los que ahora se
puede conseguir ayuda.
-Naturalmente,
no podemos olvidar el temor que todavía anida en el consciente colectivo: las
lobotomías frontales. La lobotomía (originariamente llamada leucotomía) fue
inventada por Egas Moniz, que consideró que quizá fuera una buena idea ayudar a
los delincuentes eliminando sus lóbulos frontales con un escalpelo. Esta
sencilla operación corta las conexiones con la corteza prefrontal, lo que a
menudo da como resultado importantes cambios en la personalidad y un posible
retraso mental. . Las
lobotomías frontales, por las que Moniz ganó el Premio Nobel, ya no se
consideran un enfoque apropiado para el comportamiento delictivo.
-Pero si la lobotomía detiene la delincuencia, ¿por
qué no practicarla? El problema ético gira en torno a hasta qué punto el Estado
debe poder cambiar a sus ciudadanos. En mi opinión, éste es uno de los
problemas capitales de la neurociencia moderna: a medida que vamos entendiendo
el cerebro, ¿cómo podemos impedir que los gobiernos metan las narices en él?
Fijémonos en que este problema aparece no sólo en sus formas más sensacionalistas,
como la lobotomía, sino en otras más sutiles, como si hay que castrar
químicamente a los delincuentes sexuales que reinciden una vez, como se hace
actualmente en California y Florida.
-Pero aquí proponemos una nueva solución capaz de
rehabilitar sin preocupaciones éticas. La denominamos Gimnasia Prefrontal.
LA
GIMNASIA PREFRONTAL
-La incapacidad de controlar los impulsos es el
sello característico de la mayoría de los delincuentes del sistema carcelario.
Generalmente conocen la diferencia
entre el bien y el mal, y comprenden la seriedad del castigo, pero se ven
atados por su incapacidad para controlar los impulsos.
-La
ciencia de la gimnasia prefrontal todavía está en sus primeras fases, pero
tenemos la esperanza de que el enfoque represente el modelo correcto: está bien
fundamentado en la biología y la ética al mismo tiempo, y permite que una
persona se ayude a sí misma para mejorar la toma de decisiones a largo plazo.
Al igual que cualquier intento científico, podría fracasar por cualquier razón
imprevista. Pero al menos hemos alcanzado un punto en el que podemos
desarrollar nuevas ideas en lugar de asumir que la encarcelación es la única
solución práctica.
-Este arraigado mito de la igualdad humana sugiere
que todas las personas son igualmente capaces de tomar decisiones, controlar
los impulsos y comprender las consecuencias. Aunque la idea es admirable,
simplemente no es cierta. , la gente
no llega al mundo con las mismas capacidades. La genética y la historia
personal moldean el cerebro con resultados muy distintos.
SENTENCIAS
BASADAS EN LA MODIFICABILIDAD
-Especulo
que algún día seremos capaces de basar los castigos en la neuroplasticidad. Hay
gente cuyo cerebro es más capaz de responder al condicionamiento clásico
(castigo y recompensa), mientras que otros –debido a la psicosis, la
sociopatía, un desarrollo anormal frontal u otros problemas– son refractarios
al cambio.
-Hoy en día, las personas feas reciben condenas más
largas que las atractivas; los psiquiatras no tienen manera de saber qué
delincuentes sexuales volverán a reincidir; y nuestras cárceles están
sobrepobladas de drogadictos a quienes sería más útil rehabilitar que mantener
confinados. Así pues, la manera en que hoy en día se dicta sentencia, ¿es mejor
que un enfoque científico y basado en las pruebas?
DEL DESTRONAMIENTO A LA DEMOCRACIA
-Vimos que el cerebro puede operar de manera muy
distinta cuando se ve transformado por una apoplejía, un tumor, los narcóticos
o cualquier suceso que altere su biología. Ello sacude nuestras pueriles
nociones de responsabilidad.
-¿Recuerda
que antes dijimos que si es portador del cromosoma Y tiene un 8,28 % más de
probabilidades de cometer un delito violento? Se trata de un dato, pero la
cuestión fundamental es: ¿por qué no todos los varones son delincuentes?
Es decir, sólo un 1 % de los varones están en la cárcel.
-Comenzaron
a preguntarse si existen genes para la depresión. Cuando emprendieron la
búsqueda, descubrieron que la respuesta es «más o menos». Averiguaron que hay
genes que predisponen, y si finalmente sufre de depresión depende de los
sucesos de su vida.
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-Como
escribió Leslie Paul en The Annihilation of Man: Toda vida morirá, toda
mente se extinguirá, y todo será como si nunca hubiera ocurrido. Para ser honesto,
ésa es la meta hacia la que se dirige la evolución, ése es el final «benévolo»
de la furiosa vida y la furiosa muerte. (...) Toda vida no es más que una
cerilla que se enciende en la oscuridad y vuelve a apagarse. El resultado final
(...) es privarla completamente de sentido.
Qué obra
maestra tan desconcertante es el cerebro, y qué suerte tenemos al pertenecer a
una generación que posee la tecnología y la voluntad para poder estudiarlo. Es
lo más asombroso que hemos descubierto en el universo, y somos nosotros.